jueves, 28 de febrero de 2013

Sede Vacante

En este instante se hace efectiva la renuncia del Papa Benedicto XVI. Después de tantas palabras, algunas muy sensatas y otras muchas muy carroñeras, diré. 

1. Que no seamos más papistas que el Papa. Porque la Iglesia contempla la posibilidad de su renuncia en el Código de Derecho Canónico. 

2. Que cualquier persona de 85 años entiende la decisión del Papa. No se trata de una derrota moral, depresión o abatimiento. Lo que hay es falta de vigor: físico y mental. La palabra latina "amina" equivale un poco a la inglesa "mind". Es un término amplio. Ya no puede sostener las exigencias de gobierno. Pero su alegría, su serenidad y su lucidez creyente siguen intactas. Cualquiera lo puede percibir.

3. Que el rol de un Papa ha cambiado mucho en el último siglo. No en lo sustancial pero sí en su modalidad de ejercerlo. Hoy es mucho más exigente. La inmediatez mediática expone al Papa como nunca. El nivel de contestación (protesta, cuestionamiento, hostilidad, insulto, burla) ha alcanzado niveles que no se veían hace bastante más de mil años. Y no sólo vienen de fuera sino también de dentro.

4. Que en un mundo tan "informatizado" debiéramos aprender a guiarnos más por las fuentes que por los divulgadores. Leamos a Benedicto y encontraremos al hombre real: transparente y sin vueltas. 

5. Que Benedicto no rehuye el desafío sino que lo afronta desde otro lugar no menos valioso (y decisivo según enseña la Biblia). El que supo ocupar Moisés (Ex 17,8ss) y hasta el mismo Cristo en Getsemaní.

6. Que hoy la liturgia despide al Papa confirmándolo. "Bendito el que confía en el Señor" (Je 17,7). Sí: Benedictus porque supo que la Iglesia no es suya sino del hijo del carpintero; que es también el Hijo de Dios. Benedicto y feliz porque, como dice la antífona del salmo de hoy, "Feliz el que pone en el Señor toda su confianza" (cf. Salmo 1). Recomiendo leer el texto de la audiencia de ayer (27/2) como la última lección de un maestro, como la última recomendación de un padre.

7. Que somos muchos los que les damos la gracias y los que nos comprometemos a rezar por él.

viernes, 22 de febrero de 2013

Tú eres Pedro


No.
No te queremos por tu humildad.
No te queremos por tu mansedumbre.
No te queremos por tu perspicacia teológica.
No te queremos por tu claridad meridiana.
No te queremos por tu tono afable.
No te queremos por tu timidez.
No te queremos por tu valentía frente a los lobos.
No te queremos por haber defendido a los niños.
No te queremos por haber pedido perdón en nombre de hijos que no criaste.
No te queremos por ser hombre sin doblez.
No te queremos por tu sinceridad de hermano.
No te queremos por haber preferido la traición del amigo a la tiranía.
No te queremos por tu opción de poner reiteradamente la otra mejilla.
No te queremos por enseñarnos a sobrellevar el desprecio de este mundo.
No te queremos por esa admirable libertad interior.
No te queremos por haber hablado de Dios con alegría.
No te queremos por haber señalado decididamente a Jesús.

No. No te queremos por todo eso.
Aunque ello nos lo hace tanto más fácil.
Incluso placentero.

Te queremos porque sos el obispo de Roma, el sucesor de Pedro, el Papa.
Te queremos porque sos el Pastor del rebaño y la Piedra del edificio.
Te queremos porque sos el Pescador que timonea la barca.
Te queremos porque tenés el mandato de Cristo. Y eso nos basta.
Te queremos no por lo que hacés sino por lo que sos.
Te queremos no por tus virtudes humanas sino por tu ministerio.
¡Gracias Benedicto! Rezamos por vos.

Fiesta de la Cátedra del Apóstol San Pedro 2013